lunes, 21 de octubre de 2013

WEB 2.0 Delia Amairani León Rodríguez 1G Índice • WEB 2.0 • Prefacio…..........…………………..4-7 • Una definición……………………8-21 Un poco de tecnología........22-31 • Enredado con lo social………32-35 • Fashion 2.0………………………..36-38 • La red universal digital……… 39-45 • Noorfosis digital……………….46-47 • bibliografía………………………..48-51 Prefacio • Siempre que se habla de la Web 2.0, se acostumbra a poner como ejemplo ilustrativo a una serie de servicios que se ofrecen a través de la Web, que se caracterizan por ofrecer una interfaz especialmente ágil y flexible, como pueden ser todos los servicios ofrecidos entre otros por las grandes empresas de Internet como Google con GMail, Spreadsheets&Docs por ejemplo o los ofrecidos por Yahoo! tipo Flicker, del.icius, y así un largo etc. • Pues bien, detrás de esas aplicaciones, cabría identificar como común denominador la tecnología AJAX (As- ynchronous Javascript And XML). • Bajo este acrónimo, se esconde una combinación creativa de tecnologías bien conocidas desde hace tiempo por los profesionales especializados que permite agilizar la interacción entre el navegador y el propio usuario. • Para nuestro objetivo lo verdaderamente importante es el impacto que ha producido la popularización de las interfaces web realiza- das sobre las mismas porque, en definitiva, “para el usuario final, el producto es la interfaz”, dándole la vuelta a la conocida metáfora informática de P. Kotler, el gurú del marketing. • Entre estas tecnologías, hasta cierto punto características de la Web de Nueva Generación, hay unos pocos acrónimos y neologismos cuya razón de ser sí vale la pena conocer. • Para ello cabría destacar los aspectos clave que permitan su comprensión en el contexto de nuestro análisis, sin aportar profundidad técnica o tecnológica, pero incidiendo en su alcance dentro del marco que nos hemos fijado como referencia conceptual y guía metodológica. • La forma de concebir la Red se ha visto profundamente alterada con la aparición de nuevas tecnologías que han propiciado un cambio radical en las rutinas con las que nos equipábamos a la hora de navegar. • Tanto el “yo” como las Redes Sociales han explosionado de manera paralela, figura geométrica que, por azares del capricho digital, sufre modificaciones de singular importancia al ver sometidas sus infinitas líneas a profundas intersecciones dando lugar a caprichosos segmentos. • Fragmentos que constituyen reflejos de distintas realidades, tantas como individuos, tantas como retazos de vida surgen de la fusión, de la ósmosis, incluso de la emulsión de sensibilidades de distintas densidades. • No resulta sencillo acercarse a esta realidad de una manera tan pragmática, divulgativa y sencilla como, a la vez, seria, profunda y ajena al tópico. • Las páginas que siguen a estas líneas tratan de concretar un marco desde el que debatir tanto el presente como el futuro, dentro de un contexto tan nuevo como aparentemente ocasional, si nos hacemos cargo de la velocidad con la que se suceden hoy los hechos que configuran y desconfiguran sin solución de continuidad la realidad cotidiana. Una definición • La Web dos (punto) cero podría definirse como la promesa de una visión realizada: la Red la Internet, con mayúscula o minúscula, que se confunde popularmente con la propia Web convertida en un espacio social, con cabida para todos los agentes sociales, capaz de dar soporte a y formar parte de una verdadera sociedad de la información, la comunicación y/o el conocimiento. • Con minúsculas porque nace de la propia acción social en interacción con un contexto tecnológico nuevo • Esa promesa se hace más real y cercana si cabe en el actual contexto socio técnico en permanente proceso de transformación. • En ese escenario, tras la decepción provocada por el desplome de los valores financieros asociados a las empresas nacidas al calor de la economía Internet, se experimenta un enérgico renacer en la actividad empresarial directa e indirectamente relacionada con la Red. • Metafóricamente hablando, podríamos ilustrar la situación observando como tras el estallido de la burbuja .com de finales del siglo pasado de entre los cadáveres de multitud de emprendedores, consultores y directivos –que en su momento se vieron deslumbrados por las posibilidades de la red de redes– y apoyándose en la infraestructura técnica desplegada durante los años de bonanza, irrumpe una nueva generación de súper-usuarios. • Imbuidos por algunos de los principios que en tiempos fueron propiedad exclusiva de los pioneros investigadores y usuarios que configuraron las primeras comunidades de software libre, los nuevos usuarios han tomado las riendas de la innovación en la Red, ofreciendo sus resultados más inmediatos a una comunidad creciente de internautas. • Una comunidad de usuarios, de internautas, que se rigen mayoritariamente bajo los principios y valores éticos, dentro de lo que Himanen definió como ética hacker (2001). • Esta comunidad está viéndose incrementada en número, debido en mayor medida a la incorporación generacional de los denominados por Mark Prensky (2001) como nativos digitales y etiquetados también como la “Generación e”2. l. • De hecho son esos esfuerzos los que han ayudado a descubrir que la brecha se manifiesta múltiple y diversa. De esta forma aceptar esa retórica y llevarla más allá de lo razonable supondría aceptar que daríamos paso eventualmente a una Web 3.0, 4.0, etc. • Lo cual tendría tan poco sentido incluso práctico considerarlo como un nuevo paradigma, en el sentido que habitualmente se acepta del término. • De corroborarse la extensión de este Nuevo Entorno supondría una singular novedad en la breve pero acelerada historia de la Era de la Información, a la que se ha llegado, al menos parcialmente, gracias a un proceso de evolución sociedad-tecnología o infotecnología. • Es en ese escenario, en el que interactúan lo social (cómo y dónde nos comunicamos y relacionamos) y lo tecnológico (nuevas herramientas, sistemas, plataformas, aplicaciones y servicios) provocando cambios de lo uno sobre lo otro. Surge una nueva Red caracterizada como la web de las personas frente a la web de los datos, correspondiente a la versión uno, la Web 1.0. El propio término “Web 2.0” ha sido registrado por sus creadores, la editorial O'Reilly Media. • Este hecho adquiría cierta notoriedad al conocerse en la propia Internet la demanda inter- puesta por los abogados de O'Reilly Media ante una pequeña organización sin ánimo de lucro, IT@Cork, que había convocado una serie de conferencias alrededor del mismo tema, utilizando la terminología web 2.0. • La respuesta3 motivada de O'Reilly y los comentarios al hilo de la controversia surgida por la organización que lo acuñara originariamente e hiciera público en su momento organizando –en octubre de 2004, en San Francisco– la Web 2.0 Conference. • Se trata, por tanto, de un proceso emergente, es decir que se prevé que seguirá cierta evolución temporal más allá de ocasionales “explosiones” más o menos llamativas. Y se le supone un carácter emergente, lo cual, sin necesidad de profundizar en detalles, significa que nos enfrentamos al análisis de un fenómeno “caótico” que se forma a partir de la dinámica propia de un sistema “viviente”, como puede ser la Red, Internet. • Ese proceso aparece caracterizado socialmente por una serie de fenómenos multifacéticos, como es el caso de los blogs, el de los servicios online vinculados a las redes sociales y su gestión, o todo el universo de servicios, aplicaciones y nuevos usos sociales que se generan a su • alrededor. No es de extrañar, por tanto, que se hayan publicado una cantidad notable de estudios y análisis que, en algunos casos han podido quedarse en la superficie de esos fenómenos, y en otros han renunciado de facto a la utilización de una base metodológica sólida, empujados por la perentoria necesidad de información actualizada a que nos lleva una acelerada realidad mediática. • La propuesta de este trabajo se orienta hacia un supuesto cambio de paradigma, el paso de la interacción a la colaboración hacia la segunda versión de Internet sin olvidar la pretendida burbuja 2.0 o incluso fenómenos asociados de más amplio alcance, como la Empresa 2.0. • No quiere esto decir que se pretenda excluir, invalidar o sustituir a todas ellas, ni mucho menos. Son todas aportaciones perfectamente válidas en su estricto ámbito de aplicación. • La intención de este análisis es, en este caso, aportar una visión sintética, a la vez que pragmática, de la Web de Nueva Generación (WebNG) como realidad socio técnica hacia la que parece dirigirnos la Web 2.0, que debe ser analizada en tanto que par- te integrante de un contexto mucho más amplio. • Nos encontramos, hoy por hoy, en plena carrera hacia una triple convergencia; la de las tecnologías de lo pequeño (nanotecnología) de lo vivo (biotecnología) y del conocimiento (neurociencias y ciencias de la cognición), impulsadas todas por las nuevas tecnologías. Esa situación ha sido ya asumida internacionalmente desde hace algunos años, principalmente por parte de EEUU, Japón y la UE dando lugar a lo que se conoce como la convergencia NBIC (Nano-Bio-Info-Cog- no). • En España se empiezan a ver ya ciertas iniciativas de divulgación, dirigidas al 'internauta de a pie', como es el caso de creamos el futuro4 en las que se pretende, no sólo dar a conocer las implicaciones de tal convergencia tecnológica para el día a día del ciudadano, sino generar cierto debate que nos lleve hacia el compromiso individual con la creación de un futuro que debería ser de todos. Un poco de tecnología • A lo largo de los últimos años el entramado de las nuevas tecnologías ha crecido exponencialmente tanto en número como en complejidad. Un conjunto de tecnologías que englobaría en su más amplia extensión, una Red Universal Digital (RUD) que viene a constituir la infraestructura tecnológica sobre la que se desarrolla en Nu Nuevo Entorno Tecno social y de la cual emergen sus propiedades características. • La RUD, según este supuesto, se extendería desde la propia Web a la Internet de las cosas (I0) o, siendo más ambiciosos, en un futuro próximo hasta el propio cerebro humano, condicionando con su plasticidad natural la formación de una percepción y organización diferente para los nativos digitales. Este proceso del que se empiezan a obtener pruebas empíricas dispersas y hasta cierto punto prometedor, ha sido bautizado como noomorfosis digital5. • Entre estas tecnologías, hasta cierto punto características de la Web de Nueva Generación, hay unos pocos acrónimos y neologismos cuya razón de ser sí va- le la pena conocer. • Para ello cabría destacar los aspectos clave que permitan su comprensión en el contexto de nuestro análisis, sin aportar profundidad técnica o tecnológica, pero incidiendo en su alcance dentro del marco que nos hemos fijado como referencia conceptual y guía metodológica. • Siempre que se habla de la Web 2.0, se acostumbra a poner como ejemplo ilustrativo a una serie de servicios que se ofrecen a través de la Web, que se caracterizan por ofrecer una interfaz especialmente ágil y flexible, como pueden ser todos los servicios ofrecidos entre otros por las grandes empresas de Internet como Google con GMail, Spreadsheets&Docs por ejemplo o los ofrecidos por Yahoo! tipo Flicker, del.icius, y así un largo etc. • Pues bien, detrás de esas aplicaciones, cabría identificar como común denominador la tecnología AJAX (As- ynchronous Javascript And XML). Bajo este acrónimo, se esconde una combi- nación creativa de tecnologías bien conocidas desde hace tiempo por los profesionales especializados que permite agilizar la interacción entre el navegador y el propio usuario. • Para nuestro objetivo lo verdaderamente importante es el impacto que ha producido la popularización de las interfaces web realiza- das sobre las mismas porque, en definitiva, “para el usuario final, el producto es la interfaz”, dándole la vuelta a la conocida metáfora informática de P. Kotler, el gurú del marketing. • La complejidad técnica de los productos, servicios y aplicaciones que llegan a nosotros, como usuarios finales no necesariamente especializados en las nuevas tecnologías, resultaría inabordable sin un esfuerzo especializado de modelización que permita manejarla adecuadamente. En el diseño y arquitectura de sistemas se impone hace ya unos años lo que se conoce como REST (REpresen- tational Status Transfer) y que surge de la tesis doctoral del filósofo Thomas Fielding en la Universidad de California Irvine6. • Se trata de una aproximación novedosa a la filosofía de diseño software que extiende el concepto de hipertexto a las aplicaciones y los servicios en la Red, utilizando como metáforas los recursos (nodos) y los enlaces a los mismos. • Para una mejor comprensión, podría decirse que en último término lo que se pretende es ampliar la metáfora de la Web al propio diseño de aplicaciones. In- teresa destacar lo que la extensión de la filosofía REST significa para el futuro de la arquitectura web, y lo que tiene de vuelta a los orígenes de la Red, tal y como fue concebida por Tim Berners-Lee hace ya 15 años. • Es importante destacar el impacto que –sobre todo a medio y largo plazo– puede tener su adopción en la interoperabilidad entre servicios en la Web, es decir que nos interesa ver cómo • se consolida una tendencia que aporta elementos tecnológicos para la construcción de arquitecturas de sistemas que soporten el crecimiento de una Web más social, más interactiva y, con muchos matices, también más participativa. • Los sistemas de gestión de contenido (Content Management Systems, CMS) constituyen los cimientos esenciales de las plataformas de prestación de servicios de publicación y colaboración apoyados en blogs y wikis. Es decir que cuando se hace referencia a cualquiera de estas herramientas de colaboración, comunicación, expresión, etc. debemos saber que detrás hay unos sistemas técnicos de cierta complejidad, que forman parte de esa infraestructura invisible que se confunde con el entramado de la RUD y que, en términos genéricos, y sin pretender una estricta rigurosidad en su clasificación, pueden catalogarse dentro de ese tipo de sistemas, diseñados para la creación, manipulación, compartición y/o publicación de contenido. • Este tipo de sistemas aparecen dentro del ámbito de la informática empresarial, en parte como una evolución de los sistemas de gestión documental y se relacionan con algunas herramientas de gestión del conocimiento, así como entornos de colaboración y trabajo en equipo, además de formar parte integrante de las más complejas plataformas para la publicación web que soportan las tradicionales intranets corporativas. • La relativa facilidad de implementación y de uso que ofrecen esos sistemas de publicación, ha sido responsable en gran medida de la gran proliferación de in- formación en la Red. Precisamente, al hilo de estos sistemas, y en la línea de in- tentar frenar o filtrar una avalancha informativa que nos desborda y nos coloca a algunos al borde del abismo de la infoxicación7 surgen nuevos formatos e in- novadoras herramientas para su creación y gestión. • Los estándares para la sindicación de contenidos, entre los que destacan el RSS (Really Simple Syndication) y Atom8 como formatos técnicos más populares se presentan ante el usuario medio de Internet como una forma de acceder a sus fuentes (feeds) de información de forma rápida y sencilla. La publicación de la información siguiendo esos formatos permite que los usuarios se puedan suscribir como si de canales sintonizables en un receptor de radio o televisión se tratara. Son precisamente esas tres letras RSS, las que hacen referencia a un conjunto de tecnologías y servicios que conforman el instrumental infotecnológico habitual del usuario consumidor de información más activo, y que ha tomado parte en la faceta mediática del fenómeno blog. Como herramienta (o como servicio) es el agregador de información (en forma de • fuentes publicadas en un formato adecuadamente estandarizado para su posterior sindicación) el elemento que más nos acerca a la metáfora del Daily-Me, ilustración visionaria del periódico a la carta que pronosticara N. Negroponte hace ya más de una década en Being Digital. • Para finalizar este repaso preliminar, cabe destacar dos neologismos más: los microformatos y las folksonomías. Los primeros surgen como alternativa, al menos en lo que a su composición se refiere, a algún tipo de Macroformato. La historia muestra que, ante la construcción normativa de una gran cantidad de estándares técnicos para representar el significado de los trocitos de información que nos encontramos por la Red en un formato que pudieran comprender e intercambiar fácilmente las máquinas (los Macroformatos, que incluyen una serie de acrónimos). Un grupo de internautas capaces y motivados decidieron aplicar aquel popular corolario del principio apócrifo de la navaja de Occam –soluciones tontas a problemas simples– incorporando inteligencia y significa- do a la Red, a través del propio usuario. Nacen así una serie de procedimientos y formatos estandarizados de facto por los propios usuarios, conocidos como microformatos, entre los que destaca el de asignación de etiquetas al contenido que te encuentras en la Web de la manera más sencilla posible. • En definitiva, los microformatos y las folcksonomías9 son el máximo exponente de un fenómeno con nombre propio, el etiquetado semántico en colaboración, que ha cambiado la forma en que se genera y consume un contenido multimediático y fragmentado, que se intercambia y comparte en entornos que van del grupo de trabajo y la comunidad a la red social. El elemento técnico en este ca- so lo constituyen determinados componentes morfosintácticos del XHTML –una variante del XML (eXtended Markup Language), considerado la lingua franca de Internet– que algunos servicios web permiten transformar en etiquetas, una suerte de palabras clave asociadas con el contenido al que acompañan y que sir- ven para catalogarlo sobre la base, en principio, de un espacio plano de categorías. • Un espacio constituido por las aportaciones de todos los usuarios de dichos servicios, a través de las etiquetas, sin una intervención centralizada ni más autoridad que el uso que de éstas hagan los propios usuarios. A modo de ejemplo cabría destacar, delicious10 iniciativa pionera en la publicación de este tipo de servicio en la Red, también lo fue en la introducción de un nuevo nivel de creatividad en la construcción de direcciones y que se ha convertido en uno de los servicios más representativos y exitosos de la web 2.0, una iniciativa personal de un joven desarrollador Stewar Butterfield, finalmente adquirida por Yahoo. • Debemos llamar la atención sobre el tipo de elementos tecnológicos descritos brevemente hasta el momento, todos ellos componentes tecnológicos que tienen que ver con la interfaz, la forma de presentar el producto y la información • en contacto con el usuario final. En definitiva un bloque arquitectónico característico, así como una filosofía de diseño que extiende algunas características propias de la Red al desarrollo de la infraestructura de servicios. De la misma forma se ha repasado la manera en la que se representa la información para su consumo en unos procesos también característicos del NET, como es el etiquetado semántico en colaboración. • Es importante porque este mismo esquema, con una infraestructura de servicios Web soportando una serie de procesos más o menos innovadores, que se gestionan mediante unas interfaces relativamente ágiles y sencillas, es sobre el que se insistirá en apartados posteriores de forma más sistemática y utilizándolo como base metodológica. Enredando con lo social • De la misma manera que la retórica del cambio de versión se ha extendido hasta el extremo con la incorporación “2.0” a casi todo aquel concepto relaciona- do con el original a modo de apellido haciendo que apareciera caracterizada ya en los medios la Vida 2.011, en la propia Red podemos ver como se añade el apelativo de “social” a casi cualquier aplicación o servicio que gire en torno a las características propuestas como propias de la Web 2.0, llegando a ser califica- da ésta como Web Social. Es, de hecho, la red social la estructura sociotécnica que emerge como forma orgánica sobre la que se observan nuevos patrones de uso de las infotecnologías en el NET. Una estructura que se impone en todos los ámbitos (personal, laboral/profesional, empresarial o educativo) empujándolos hacia un punto incierto de convergencia. • Y con capacidad de autoorganización suficiente para dar cabida a la innovación de usuario como motor de un cambio continuo y sostenible. Eso es lo que conseguirá imprimir una dinámica distinta a la industrial que hoy conocemos. Se trataría de una dinámica conversacional que pretende tener su realización principal en la blogosfera, eso sí, olvidando los matices que impone la teoría del lenguaje, de la cual los autores no tienen un conocimiento experto12. • La gestión on line de las redes sociales ofrece una serie de funcionalidades, aso- ciadas a servicios básicos de comunicación y presencia, que han logrado convertirla en un fenómeno en sí misma, tal como muestran las cifras de crecimiento registradas por algunos de los servicios más representativos (Figura 1). Hasta el punto de que se ha llegado a identificar la Web de Nueva Generación con tal fenómeno así como sus posibilidades de negocio. • Todo el universo web, se sustenta en una diversidad considerable de aplicaciones y servicios agrupados bajo el concepto de software social, como puede ser fashion 2.0 • El 2.0 se ha convertido en un meme triunfante, en una moda, algo a lo que no es ajeno el éxito de la denominación Web 2.0. • No es este artículo el lugar para explicar qué es, para qué sirve y cuál es el futuro esperable de la Web 2.0, la Web de Nueva Generación, la Web de la gente, la Web hipermediática, etcétera, que ya lo hacen este libro e infinidad de artículos, y, para empezar, Wikipedia. • Acabo de entrar en Google y con tal denominación se obtienen 417.000.000 entradas, así que información al respecto parece que no falta. • Para ser serios y evaluar con cierta objetividad las expectativas de la Web 2.0, convendría descontar los excesos generados por el factor marketing, que nos recuerda un poco a la manipulación exagerada de la tecnología a principios de este siglo conducente a la famosa burbuja. • Creo que el propio Berners-Lee ha intentado calmar los ánimos. • En lo que a mí respecta, me la tomo con interés, pero también con un poco de ironía ante el folklorismo fashion de colocar el 2.0 a cualquier cosa que quiera “venderse” como moderna de la muerte. • se visto ya Internet 2.0, Sociedad 2.0, Business 2.0, Media 2.0, Firefox 2.0, Molinux 2.0, Marketing 2.0, México 2.0, JASP 2.0, Ocio 2.0, Consumo 2.0, Política 2.0, Turismo 2.0, Life 2.0201, el Colegio de Ingenieros de Telecomunicación, se ha presentado bajo el nombre de COIT 2.0. La red universal digital • La Red Universal Digital (R.U.D.) no es una red concreta, sino un conjunto heterogéneo en plena evolución compuesto por múltiples y diferentes redes: Internet, redes informáticas de área local, redes telefónicas fijas, redes de telefonía celular, redes Wi-Fi, redes de satélites GPS, redes de energía eléctrica con tecnología PLC, redes corporales (ban: body area networks), redes de sistema (en un automóvil, p. ej.), Internet 0 (Internet de las cosas), redes de circuitos cerrados de TV, etc., cada día más digitales (incluyendo radio y televisión) e interoperables. • 108 Web 2.0 • Un inmenso tejido de redes, complejísimo y casi invisible, en el que puede observarse la repetición casi fractal de una arquitectura básica. Distintas plataformas (ordenador, microprocesador, pda, televisor, teléfono, reproductor de música, consola de juegos, sensor, etc.) se conectan o pueden conectarse a una red y esta red a otra u otras. • Las plataformas funcionan con algún tipo de sistema operativo y ejecutan programas/aplicaciones con contenidos que llamamos juegos, imágenes, textos, cálculos, simulaciones, vídeos, blogs, mediciones, mensajes, etc. Las plataformas se comunican con los humanos usuarios mediante interfaces diversas y con el mundo físico mediante sensores. • El factor que hace al tejido cada vez más denso es la proliferación de plataformas digitales de muy diferentes niveles de potencia y complejidad, hasta llegar a algunas de poco precio para aplicaciones masivas (p. ej. chips RFID o tarjetas inteligentes SIM). Emergen técnicas y propiedades importantes, entre ellas, la infotecnología ubicua y pervasiva, los progresos en la sensibilidad e inteligencia de las interfaces, el inalambrismo en la conectividad y el crecimiento de “inteligencia” no biológica. • Finalmente, el futuro de la convergencia de tecnologías se orienta en parte hacia el área NBIC (Nanotecnología, Biotecnología, In- fotecnología, Cognociencia), con derivaciones propuestas hacia la NBICS, si añadimos la S de Sociedad. • Cuando se dice “invisible” se hace mención a una doble cualidad: Es invisible porque los circuitos, las ondas, el software, las señales, no son perceptibles a los sentidos humanos y es invisible también por su complejidad, ya que sus mecanismos de proceso son incomprensibles, salvo para los técnicos específicos de cada apartado concreto, y las interfaces operativas de usuario enmascaran, como se ha dicho, la realidad del funcionamiento maquinal. • Para expresar la abigarrada actividad de semejante infraestructura encajarían bien las siguientes palabras: “Flujos inmateriales de datos, instrucciones de regulación, conversaciones, imágenes, sonidos circulan en un baile incesante. Recorren los hilos, cables, fibras ópticas, ondas electromagnéticas, satélites, emisores y receptores de radio y de televisión, pantallas de ordenador, teléfonos, prensa, ...” (Rosnay, 1996, p.130). • Recientemente, se ha encontrado un concepto elaborado por neurocientíficos sociales, que, por analogía, aunque salvando todas las distancias evolutivas y de nivel de integración, podría reflejar bien la idea de distributividad deslocalizada de la Red Universal Digital: el cerebro social. Se refiere a “un conjunto de redes neuronales diferentes que, aunque fluidas y muy amplias, operan integradamente. En este sentido, el cerebro funciona de un modo unificado coordinando sistemas muy diversos y alejados” (Goleman, 2006, p. 434). • Ahora, esta infoestructura tecnológica va afianzándose como parte del entorno o circunstancia orteguiana (“yo soy yo y mi circunstancia”) del infociudadano en las sociedades económicamente desarrolladas, entre las que se encuentra España • que, según se nos repite, sin que uno acabe de creerlo, es la octava potencia mundial. Relacionando este concepto con la anterior definición de tecno- cultura, surge la siguiente cuestión: ¿hasta qué punto está preparado el infociudadano medio para integrar con criterio las realidades técnicas del momento en la visión, valoración y construcción de su entorno personal y organizativo? Por si al lector le pareciera esta cuestión un tanto abstracta, la desmenuzaré un poco más en el próximo párrafo. • ¿Qué es lo que se supone que debe saber el usuario de un instrumento o aplicación tecnológica? De manera breve, su aprendizaje debería cubrir estas tres áreas: a) Para qué sirve, qué funciones puede realizar (qué cosas puede hacer) en forma autónoma o combinado con otros instrumentos o aplicaciones, y con qué prestaciones (potencia, velocidad, capacidad, etc.); b) Cómo se realizan esas funciones, cuáles son las secuencias de operaciones necesarias y cómo se implementa cada una de ellas; c) Qué consecuencias tiene sobre las actividades del usuario, sobre su entorno y sobre él mismo la aplicación de esas funciones, con las capacidades disponibles y sus posibles fallos o averías. • Cómo usar el instrumento para maximizar los beneficios de su aplicación y reducir sus perjuicios. • Ya se ve que lo que intento definir como tecnocultura es mayormente todo lo que se refiere a la tercera área, asignatura que no sólo tienen suspendida los usuarios sino también, casi siempre, los técnicos y profesionales194 de la infotecnología, así que, elevando el caso particular a la categoría de cuestión general, la pregunta acuciante que debemos formularnos es: ¿Qué clase de espacio social está generando esta infoestructura? • Es una pregunta crucial, puesto que sabemos y aceptamos que la tecnología es fruto histórico de la aventura cultural del ser humano, que se caracteriza por su poder renovador (destructivo-creativo) de las formas sociales y por su estimulante capacidad de abrir inmensos espacios virtuales de cambio. • Decimos que el ser humano coevoluciona con su entorno animal, vegetal, ecológico en un sentido amplio, pero también con las máquinas, los sistemas y las redes que ha creado para sobrevivir, para amplificarse y para ayudar a su crecimiento y desarrollo. Yo mismo escribí en una de mis columnas, en febrero de 1998, cuando aún no había decidido el término de Red Universal Digital: “No sabemos si con esta Máquina seremos capaces de resolver problemas fundamentales de nuestra nave Tierra, tales como el deterioro medioambiental, la pobreza, la ignorancia, • el cambio climático o las enfermedades degenerativas, de que sí estamos seguros es de que nuestra adaptación personal y social no va a ser un camino de rosas”. • Lo que falta es descubrir, definir y describir en una capa intermedia, sin tecnicismos y en formato un poco más abstracto o metafísico, cuáles son las grandes propiedades que el uso de esa infotecnología confiere, induce o genera en el entorno social. Porque esas propiedades van a impregnar nuestras actividades y por tanto el desarrollo de la sociedad de la información, más aún, el de la sociedad del conocimiento, si conseguimos no perdernos por el camino. • A localizar y definir las propiedades de ese espacio social, o entorno, he dedicado varios años de mi vida y están descritas y publicadas desde 2004, con el nombre de Nuevo Entorno Tecnosocial (NET) en (Sáez Vacas, 2004a). • Los conceptos de Red Universal Digital y de Nuevo Entorno Tecnosocial constituyen algunas de mis aportaciones a la tecnocultura. Mi mayor deseo es que se difundan y apliquen lo más posible. En las sociedades económicamente desarrolladas ya vivimos bajo las condiciones de contorno sintetizadas por las 21 propiedades del Noomorfosis digital • Es el nombre que doy a un fenómeno trascendental, aunque imperceptible: el cambio de las estructuras mentales y, por tanto, de la forma misma de la inteligencia de un número rápidamente te creciente de nuestros cachorros humanos, ésos a los que se ha dado en llamar nativos digitales, por su temprana e intensiva inmersión en una infoestructura cada vez más densa y extensa, la Red Universal Digital (RUD). • ¿Trascendental? Si las observaciones sociales y los experimentos neurocientíficos confirmasen este fenómeno, las relaciones humanas, la educación, la organización política y económica, las comunicaciones, el concepto mismo de ser humano, etc., darían un vuelco, porque la inteligencia es la auténtica medida del ser humano. • Es en la noomorfosis digital donde se oculta la real y enorme dimensión de la brecha digital, ese concepto que manejamos hasta ahora con notoria superficialidad. La mayor brecha se producirá entre humanos que han vivido procesos de noomorfosis diferentes, cuyas inteligencias y visiones del mundo resultan distintas y difícilmente compatibles. • No se trata de que el uso intensivo de la tecnología de la RUD contribuya a moldear una inteligencia mayor o menor –por ejemplo a que los niños sean más listos, como algunos sostienen, sino una inteligencia funcionalmente distinta, es decir, armada con ciertas capacidades necesarias especialmente desarrolladas para vivir y operar en el Nuevo Entorno Tecno social (NET) generado por esa tecnología. • Por lo que se sabe hoy de la inteligencia, el habitual discurso del CI (Cociente Intelectual) para cuantificarla no es operativo en las situaciones emergentes y algunos afirman incluso que, a no tardar mucho, el CI será prácticamente una reliquia, igual que tantas otras formas sociales declinantes, entre ellas, los sistemas educativos. • Lógicamente, los nativos digitales, habitantes naturales de la infociudad, ganarán en todas las capacidades relativas a los procesos inmateriales típicos de ésta. Pero es evidente que, a medida que la vida va siendo sustituida por la información, ya están perdiendo y perderán más en otras capacidades y habilidades que se han considerado valiosas hasta ahora y entre las que no pocas de ellas lo seguirán siendo. • REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS • ALFONSECA, M., El quinto nivel, Ed. Adhara, Madrid, 2004. • ANDERSON, C., “The Long Tail”, Wired Magazine, Issue 12.10, October, 2004, http://www.wired.com/wired/archive/12.10/tail.html • ANDERSON, C., The Long Tail, Ed. Hyperion, 2006. • BARABASI, A-L., Linked, Plumer, 2003. • BAUMAN, Z., Vida líquida, Paidós Ediciones, 2006. • BECK, U. La Sociedad del Riesgo. El camino hacia otra sociedad moderna, Ed. 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